Galápagos

13 de Noviembre


Podíamos ver tortugas gigantes desde el colectivo! Mientras viajábamos desde Baltra, donde está el aeropuerto, hasta Puerto Ayora, del otro lado de la isla Santa Cruz, cruzando las tierras altas y húmedas, veíamos tortugas gigantes en los jardines de las casas. La isla está mucho más poblada de lo que creíamos. Llena de gente, perros, caballos y gallinas, y bastante basura. Pero aparentemente la población de tortugas en Santa Cruz es relativamente buena, y el estado permite a los pobladores cuidar de algunos ejemplares en su jardín.

Íbamos a recorrer las islas en un barco que salía desde Ayora tres días más tarde, así que nos fuimos mientras para isla Isabela, mucho menos habitada de esta. Muy linda playa, lleno de iguanas marinas. Conocimos el Volcán Sierra Negra, con el segundo cráter más grande del mundo. Me quedé con ganas de hacer buceo. No había nadie para acompañarme, e ir solo era muy caro. Así que quedé en lista de espera hasta que nos fuimos…

Isabela nos sirvió para conocer algo de la situación y la historia de las tortugas: las islas Galápagos son ni mas ni menos que volcanes, que fuern surgiendo del mar a medida que erupcionaban.  Se supone que las corrientes marinas trajeron a los primeros animales (anfibios, porque los mamíferos no hubieran aguantado)  plantas, los cuales después de miles de años se adaptaron a este hábitat tan particular, por lo que hay tantas especies endémicas de las islas que no se encuentran en ningún otro lado.
Hay varias especies de tortugas. Cada una se desarrolló en un volcán diferente. En Isabela, por ejemplo, que está formada por cinco volcanes, hay cinco especies de tortugas. Porque las tortugas adultas viven en las tierras altas, mucho más húmedas, y bajan a las arídas llanuras solo para poner los huevos. Las crías pasan los primeros años en esos llanos y van subiendo a las tierras altas a medida que crecen. Y los volcanes se encuentran bastante aislados entre sí.

Algunas especies están en peligro de extinción. La razón principal: los piratas ingleses las llevaban para tener carne fresca en sus barcos, ya que las tortugas pueden pasar meses sin comer ni tomar agua. Además introdujeron especies exóticas, perros, cabras, gatos y ratones, depredadores que no existían antes, y que también compiten por la comida con las tortugas. Se están tomando agnas medidas para erradicar estas especies, y para concientizar a la población local, pero la gente sigue tirando latas, comiendo tortugas, introduciendo especies…
En Isabela la población de tortugas de los tres volcanes del norte es buena, pero no así en los dos del sur. De todas maneras hay un criadero que las está reproduciendo con mucho éxito. En la isla Española ya no había tortugas. Las siete que quedaban, cinco hembras, fueron llevadas a Isla Santa Cruz, para reproducirlas. El problema es que los machos no sabían cómo. Habían estado solos tanto tiempo… Por suerte encontraron una Tortuga Macho de la misma especie en el zoológico de San Diego. Se llama Diego y les enseñó a los novatos a hacer su trabajo. Las primeras crías devueltas a la isla ya deben estar por alcanzar su edad reproductiva de treinta años.
No tuvieron la misma suerte con las tortugas de la isla Pinta. Allí solo encontraron una, el famoso Lonesome George, que es el último de su especie. Si bien se intentó cruzarlo con otras especies cercanas, hasta ahora no lo consiguieron.

Llegó el momento de tomar nuestro barquito. Mis conocidos que habían ido a galápagos recorrieron todo por su cuenta, pero nosotros decidimos tomar un tour, ya que no íbamos a estar mucho tiempo. En Quito habíamos ido a un “Last minute trip to Galápagos” y conseguimos un crucerito por la cuarta parte de lo que pagaron algunos de nuestros compañeros. Después de meses de comer el menú colombiano y ecuatriano, un plato de arroz con frijoles platnos frito y un pedacito de carne o pollo, y de dormir en los bomberos, en carpa o en hostales de mala muerte, el barco resultó un lujo impensado!! Ni bien llegamos el cocinero despanzaba un atún inmenso que acababa de pescar, y que sería nuestra comida. Pezcado, postres!, desayunos enormes!, comidas exquicitas, cama cómoda y agua caliente… era el cielo! Además el resto de los pasajeros resultaron increíbles! De Noruega Mads, Kristin y su marido X, de Alemania Carole y Simone, de USA Mary yShannah, de Irlanda la divertida Clare, de Inglaterra Chriss y de Australia Beau.

Navegábamos de noche y de día recorríamos las islas y hacíamos snorkel. Yo no había podido bucear, pero el snorkel fue mucho mejor que cualquier buceo que haya hecho antes. Los lobos marinos te pasaban a 5 cm literalmente! Miles de peces diferentes, tortugas, tiburones, pulpos, pingüinos, y unas rayas increíbles, Eagle Rays. Le caímos ben al capitán del barco, que era un viejo pescador y buzo de la zona, y nos acmpañaba a bucear llevándonos a las mejores partes. Nunca vi a nadie retener tanto la respiración y nadar tan profundo. Yo lo quise seguir en una de sus inmersiones, pero sentí una explosión en el oído, que me torturó el resto del viaje, y ya no me metí tan hondo nunca más.

Recorrimos las Islas del sur. Floreana, Española (la mejor y excelente para bucear) Santa Fé, Plaza, Seymur y alguna otra que me olvido. Vimos miles de pájaros, iguanas, el parto de una foca, tortugas marinas copulando y hasta un grupo de orcas pasó nadando debajo de acantilado de ¿isla santa Fé? Mientras mirábamos los pichones de blue Boobies.
Para despedirnos fuimos a comer a Café Mosaico, desde donde se ve toda la ciudad vieja de Quito. Pero quedamos en vernos de nuevo… Posiblemente en julio, cuando Marta llegue en bicicleta a Argentina. 

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